Reflexiones sobre el empredimiento social.
Livia Gaona.
El
fenómeno del emprendimiento social en
España es muy reciente. Se crea en Estados Unidos y se introduce en
Latinoamérica donde han desarrollado su larga trayectoria. EEUU y países
latinoamericanos se caracterizan por no
existir el reconocimiento de ciertos derechos y la gran desigualdades sociales
y económicas existentes. Es allí donde Fundación Ashoka y aliados han
desarrollado una larga trayectoria. Ashoka se da a conocer en España en el 2011 con el premio Principe de Asturias otorgado al fundador de Ashoka Bill Drayton.
¿Por qué desde el emprendimiento social nunca se habla de desigualdades si no de desavenencias sociales? ¿por qué evaden la palabra “derechos” y la traducen como “necesidades”? ¿Por qué se habla de clientes y no de sujetos de derecho y de usuarios?
Es importante y vital observar el uso del lenguaje que se hace desde el emprendimiento social. En su estrategia lingüística ponen en marcha dos acciones:
El empredimiento social utiliza el lenguaje a través de la exclusión y apropiación de conceptos y categorías claves.
- Excluir conceptos y categorías claves.
Han desterrado del vocabulario la palabra derecho- “derechos sociales”, sujeto de derecho y usuario; estos derechos los han traducido en meras necesidades. No establecen límite ni diferencia entre derechos y necesidades. A su vez no define el concepto de necesidad social, así que en esa indefinición podrías entenderse extensible a cualquier tipo de necesidad primaria, secundaria, terciaria… ampliando así las oportunidades de negocio de manera ilimitada. Vemos como a otras necesidades integran nuestros derechos como mercancía en sus actividades empresariales, denigrándonos como ciudadanos. La secuencia es la siguiente, los derechos los traducen en necesidades, al ser necesidades ya no tiene por que existir un estado garante de los mismos. Para ser subsanadas estas “necesidades” en vez de acudir a servicios públicos (en proceso de desmantelamiento), los emprendedores sociales nos ofrecerán sus servicios. Esto implica un recorte en la garantía y disfrute del derecho ya que solo podrá subsanarlo aquel que cuente con la economía suficiente para ello. O será un derecho degradado ya que la calidad del servicio para subsanarlo no será equitativa, construyendo así un mercado para pobres que ellos mismo abastecerán. Ya no somos sujetos de derecho que usan servicios, si no clientes de distintas clases sociales que consumen servicios acorde a su bolsillo. La dignidad de las personas vuelve a depender del nivel económico, o clase social.
Sin embargo, nos hablan del carácter ético de las acciones del emprendedor social.
¿No sería necesario revisar con qué objeto hacen negocio antes de atribuirles este calificativo? Lo legal, en muchas ocasiones no coincide con lo legítimo.
Otro concepto excluido de su vocabulario son las “desigualdades sociales”, estas vendrán traducidas en su discurso como problemas, desavenencias sociales… si obvian la desigualdad, no tienen que entender ni criticar sus causas. Es una omisión intencional ya que los escenarios de desigualdad son indicadores positivos para la prosperidad del negocio.
Igualmente, el emprendimiento social se está apropiando del lenguaje construido por pensadores y pensadoras desde ciencias sociales y vinculado a muchas luchas por la dignidad, la igualdad el logro y defensa de derechos. Están tomando conceptos, vaciándolos de contenido y haciendo un uso perverso de los mismos. Se han apropiado del concepto de empoderamiento. Lo ha deformado radicalmente desde una óptica absolutamente economicista percibiéndonos como consumidores, no como ciudadanos. El emprendimiento social entiende por empoderamiento la capacidad de acceder a crédito, siendo esta vuelta de tuerca una perversión del concepto pues el empoderamiento implica la autonomía y promover la autogestión, y no la generación de deuda y de dependencia económica. El discurso autolegitimador y justificador del emprendedor social para su existencia parte del cuestionamiento de la eficacia y eficiencia del sector público a favor de la gestión privada, y la crítica a la escasa autonomía de las ongds. No hacen análisis de las causas de la crisis política ni social, que tiene que ver más con sus gestores que con la estructura, si bien tienen como objeto prioritario de sus ataques el desprestigio del sector público sí o sí. Para ello han venido introduciendo el discurso corrupción-transparencia como único generador de la crisis. Esta campaña de desprestigio no tiene más objetivo que ampliar su nicho de negocio a aquellos sectores sociales que venían siendo de ámbito público. |
Otro discurso que utilizan como justificación es la sostenibilidad económica. Los emprendedores sociales también son dependientes: de fondos del gran capital y de nuestras necesidades. Estas iniciativas nos ofrecen “soluciones” en situación de crisis, crisis construida o favorecida en distintos grados por sus financiadores. Los emprendedores sociales son el sparring del impacto social de las empresas del capital. Los emprendedores sociales solo tienen razón de ser con la destrucción del estado de bienestar. Hacen la función del sparring social del impacto devastador de las empresas del gran capital, y generan una sinergia neocapitalista clara: el recorte de derechos genera mano de obra barata para empresas capitalistas y nuevos nicho de negocio para los emprendedores (en la base de la pirámide y consumidores críticos). Si sus aliados y financiadores no desmantelaran lo público, hicieran pública la deuda privada, y generaran desigualdades, el emprendimiento social, reitero, no tendría razón de ser ni negocio con que lucrarse. Continúo pues, cuestionando el carácter ético del emprendedor social. Parafraseando a Forcades y Esther Vivas “el capitalismo humano es imposible”.
Respecto a sus formas jurídicas identifico una doble estrategia:
La amplitud y fronteras poco delimitadas en la definición de emprendimiento social no sólo atañe a sus formas jurídicas, así recogen e integran en la definición del fenómeno todos estos ámbitos:
La elaboración de una definición tan integradora o tan indefinida del fenómeno del emprendedor social podría responder a varias intenciones:
Los profesionales del emprendimiento expresan que su ámbito de trabajo es articular recursos de manera creativa donde no existen y alterar las estructuras sociales existentes. Ya hemos visto que hay una intención final de suplantar al ámbito público implantando soluciones mercantilistas. Lo que evitan expresar es que para ello se requiere desmantelar los servicios públicos, y absorber iniciativas existentes. Esta alteración de estructuras lo expresan como objetivo final, y sin embargo es la estrategia inicial para hacerse su nicho de negocio y convertirse ellos en la estructura misma.
Ahora, a cualquier iniciativa y a cualquier persona con un proyecto le define como emprendedor. Según el diccionario emprendedor/a como adjetivo es “Que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas”. Según la definición de la RAE sería acertado. Si bien el fenómeno del emprendimiento social es otra cosa. Estemos a alerta, porque un “emprendedor social” es una figura que aparece en España en un momento concreto, de la mano del gran capital, con objetivos muy claros y una ideología neoliberal. No todo es emprendimiento social, aunque ellos nos quieran fagocitar y definirnos como tal. Por favor, reflexionemos y confrontemos. El ES está diseñado desde una ideología clara. Usted tiene síntomas de ES si se identifica como neoliberal y anarcocapitalista. ¿Piensa que la gestión privada es mejor? ¿piensa que no es malo beneficiarse de la necesidad ajena? ¿Piensa que es lícito aprovecharse de bienes públicos en beneficio de intereses privados? Si es así, usted tiene madera de ES, si piensa lo contrario o no está de acuerdo del todo, lo sentimos, sigue siendo un autónomo de toda la vida o un honesto/a emprendedor/a.
El empredimiento social no es más que otra demostración de la gran capacidad del capitalismo de absorber iniciativas transformadoras adaptándolas al sistema.
- Los defensores del emprendimiento social está realizando lobby para conseguir un estatus de empresa “filantrópica” y con ello la obtención de mayores beneficios en distintos grados (menos fiscalización pública de su actividad, más beneficios fiscales…). Cuestión que ya existen en otros países y aquí se está comenzando a regular.
- Por otra parte y de cara a una legitimación social integran en su definición como emprendimiento social a una variedad formas jurídicas ya existentes previas a la aparición del emprendimiento social en 2005 en España. Dicen diferenciarse de las tradicionales por su actividad objetivo, su fuerte componente ético y la pasión por el proyecto social. Insisto, es una forma absolutamente subjetiva de legitimar intereses personales, y legitimar que empresas hagan negocio a costa de nuestras necesidades y nuestros valores. Nos venden humanidad, pero son empresas capitalistas;
- La empresa familiar tradicional que conocemos era y es mucho más humana que las iniciativas de emprendimiento social, y no se lucran de ello porque son valores intrínsecos, no valores de mercado. Si bien, las empresas familiares de toda la vida nos podemos convertir en emprendedor social entrando en sus dinámicas de “markenting naif y humano”, así como sometiéndonos a sus comités evaluadores que bajo unos indicadores que previamente han estipulado nos acrediten como empresas éticas, de economía del bien común..etc..etc…todo a un módico precio.
- Establecería diferencia también con las empresas privadas de servicios sociales, medio ambientales… que han venido siendo subcontratadas por entidades locales. Antes de la reciente presencia del emprendimiento social en España , estas empresas subcontratadas por el ente público se presuponía que no pretendían suplantar a la administración pública como gestora responsable y garante de los derechos. El emprendedor social pretende desarticular el discurso crítico que pudieran tener este tipo de empresas privadas frente al emprendimiento integrándolas, absorbiéndolas como uno de los modelos de emprendimiento social. Pero la base que subyace en el nacimiento del concepto de “emprendedores sociales” de Byll Drayton, es el ser los gestores primeros de los servicios que prestaba el ámbito público, suplantarlo y restarle competencias, pretendiendo llegar a la ausencia de fiscalización del estado, o si acaso, de forma residual. Están interesadas en el mercado libre.
- Igualmente integran en su definición iniciativas ya existentes en el ámbito del asociacionismo. De las asociaciones y ongds se ha venido criticando que cubrían los espacios de intervención donde el estado no llegaba, así como su dependencia de fondos especialmente públicos. Los emprendedrores sociales los integran igualmente en su definición además de pretenden penetrar en estos movimientos por contar con gran aceptación social. Pero dan unos cuantos pasos más allá: su objetivo como vengo diciendo es suplantar al estado, generar dependencia a estas entidades sociales de capital privado y su utilización para ampliar mercado allá donde las empresas del gran capital no llegan. La intención es llegar a dos nuevos tipos de consumidores: a) la población que vive con menos de dos dólares al día, o lo que los emprendedores sociales llaman la “base de la pirámide”; b) los consumidores críticos (consumo ecológico, energía alternativa…).
La amplitud y fronteras poco delimitadas en la definición de emprendimiento social no sólo atañe a sus formas jurídicas, así recogen e integran en la definición del fenómeno todos estos ámbitos:
- puede ser un fenómeno individual o colectivo.
- puede integrar al sector con ánimo de lucro, sin ánimo de lucro e instituciones públicas
- no es significativo que sea una transformación gradual o de impacto (tampoco definido lo que consideran por cada una de ellas).
- o se delimita a un sector en concreto.
La elaboración de una definición tan integradora o tan indefinida del fenómeno del emprendedor social podría responder a varias intenciones:
- Indica una actitud y un posicionamiento. Digamos que el fenómeno reciente del emprendimiento social reconoce e integra a las distintas formas jurídicas ya existentes. Aterrizan directamente ubicándose en una situación de poder.
- Al generar confusión respecto a qué es un emprendedor social cuesta comprender socialmente los objetivos reales de aquellos que han introducido el emprendimiento. Esto provoca dos desórdenes: a) que iniciativas se autodefinan como de emprendimiento social desconociendo la etiología del mismo (pudiendo compartir su idología o no; b) que exista confusión al distinguir entre las intenciones y voluntades de los distintas empresas que se signifiquen como emprendedores.
- Integrando las fórmulas existentes pueden desarticular los discursos críticos de estas empresas que ya venían trabajando en estos sectores, pero que no comparten sus valores neoliberales.
- Esta fórmula integradora que no deja de ser una indefinición y poca precisión del fenómeno incluye como objetivo que sus posibilidades de negocio sean infinitas.
Los profesionales del emprendimiento expresan que su ámbito de trabajo es articular recursos de manera creativa donde no existen y alterar las estructuras sociales existentes. Ya hemos visto que hay una intención final de suplantar al ámbito público implantando soluciones mercantilistas. Lo que evitan expresar es que para ello se requiere desmantelar los servicios públicos, y absorber iniciativas existentes. Esta alteración de estructuras lo expresan como objetivo final, y sin embargo es la estrategia inicial para hacerse su nicho de negocio y convertirse ellos en la estructura misma.
Ahora, a cualquier iniciativa y a cualquier persona con un proyecto le define como emprendedor. Según el diccionario emprendedor/a como adjetivo es “Que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas”. Según la definición de la RAE sería acertado. Si bien el fenómeno del emprendimiento social es otra cosa. Estemos a alerta, porque un “emprendedor social” es una figura que aparece en España en un momento concreto, de la mano del gran capital, con objetivos muy claros y una ideología neoliberal. No todo es emprendimiento social, aunque ellos nos quieran fagocitar y definirnos como tal. Por favor, reflexionemos y confrontemos. El ES está diseñado desde una ideología clara. Usted tiene síntomas de ES si se identifica como neoliberal y anarcocapitalista. ¿Piensa que la gestión privada es mejor? ¿piensa que no es malo beneficiarse de la necesidad ajena? ¿Piensa que es lícito aprovecharse de bienes públicos en beneficio de intereses privados? Si es así, usted tiene madera de ES, si piensa lo contrario o no está de acuerdo del todo, lo sentimos, sigue siendo un autónomo de toda la vida o un honesto/a emprendedor/a.
El empredimiento social no es más que otra demostración de la gran capacidad del capitalismo de absorber iniciativas transformadoras adaptándolas al sistema.
¿Cuáles son el motivo de su éxito?
Porque cuentan garantía en su financiación. Vienen seleccionadas, apoyadas y legitimadas por empresas del gran capital, bancos, y nuevos filántropos.
Utilizan dos indicadores en su análisis de impacto distinguiendo entre: impacto al inversor y la propia medición del impacto social.
Ellos dependen de nuestra necesidades y nuestras alternativas ¿quién tiene entonces el poder para cambiar las estructuras sociales?
Porque cuentan garantía en su financiación. Vienen seleccionadas, apoyadas y legitimadas por empresas del gran capital, bancos, y nuevos filántropos.
- Nos venden innovación social. El factor de innovación principal en los proyectos sociales, medioambientales etc etc… que nos presentan no vienen por el lado de la creatividad de la que tanto se apropian en sus discursos y estrategias de marketing. El componente innovador viene otorgado por el cambio a una ideología neoliberal y por ende, una perspectiva mercantilista en el planteamiento y ejecución de los mismos.
- Cuentan con apoyo institucional facilitando su penetración. Les están abriendo puertas en universidades y colegios públicos para implementar su ideología, les adjudican formaciones a profesionales en instituciones públicas, les facilitan infraestructuras públicas, descapitalizan a entidades y colectivos que venían ocupando el sector de trabajo o ámbito de intervención que ahora ocupan. Y lo más importante, no hay que perder de vista que los gobernantes están legislando a favor de los intereses privados y no del ciudadano recortando derechos y desmantelando servicios públicos.
- En su estrategia de marketing humanizan el capitalismo, pero no buscan sensibilizar ni transformar, si no emocionar y generar conductas de consumo en aquel sector de la población que no participaba del sistema económico (población empobrecida y en riesgo de exclusión) o aquella que no quiere participar y busca alternativas (consumidores críticos). Hay que tener presente que sus mensajes son mensajes publicitarios, no son honestos.
Utilizan dos indicadores en su análisis de impacto distinguiendo entre: impacto al inversor y la propia medición del impacto social.
- El impacto al inversor “intentando convencer que resolverá la necesidad”. Aquí hay que hacer una diferencia fundamental a la hora de hacer el análisis; hay dos tipos de inversores:
- Inversor de empresa del gran capital. Es una perspectiva naif pensar que una empresa del gran capital invertirá en la resolución de una necesidad si no existe garantía de un beneficio. Está demostrada la relación directamente proporcional entre el aumento de necesidades sociales, el crecimiento de la desigualdad social y el aumento de sus beneficios. Si la necesidad se resolviera, la empresa del gran capital no tendría beneficios y el emprendedor perdería su ámbito de intervención habiendo de identificar y/o construir nuevas necesidades. La forma vincular una empresa del gran capital y la figura del emprendedor social se suele resolver a través de la financiación directa a proyectos empresariales privados orientados a consumidores críticos, y a través de la RSE (Responsabilidad Social Empresarial) orientados a población más empobrecida.
- Por otra parte existe el financiador de a pie, el de la calle, al que pretenden llegar a través de fórmulas que aluden al bienestar devenido de la actitud caritativa y a fórmulas “lúdicas” de donación: Doafound, Shopciable…. Todas ellas intentan convencer al donante que se resolverá esta necesidad. Esta financiación se consigue a base de obviar información sobre cuánto de lo que aportan llega a la causa que los donantes piensan que está apoyando. No se informa de los porcentajes de la aportación haciendo un uso perverso de la actitud compasiva y de la conciencia social construida que tengan las personas. Se oculta información y se hace abuso y negocio de la buena voluntad.
- La medición del impacto social. Miden el impacto social por la réplica que se haga de este modelo empresarial socialmente, y no por la resolución de la necesidad. Si se hace réplica es porque es un negocio rentable y es principalmente un indicador de eficiencia económica. De hecho, reitero, si se resolviera la necesidad, la tendencia sería que no se replicara este modelo, ya que sería innecesario. Si existe réplica es porque la necesidad se acrecienta o permanece. Al tiempo hablan de buena voluntad y de altruismo. El principio del altruismo es no esperar reciprocidad ni respuesta, y hacerlo porque está en tu sistema de creencias, y no por un fin lucrativo. El altruismo sería el principio del voluntariado, no de la iniciativa empresarial.
Ellos dependen de nuestra necesidades y nuestras alternativas ¿quién tiene entonces el poder para cambiar las estructuras sociales?