Eso que hace años se llamaba poder fáctico y que hoy se denomina mercados, jamás actúa individualmente, plantea su estrategia elaborando un plan premeditado y desarrolla la táctica más adecuada en cada situación para obtener el fin pretendido. Durante las últimas décadas asistimos al desarrollo de una vieja estrategia presentada con una nueva nomenclatura cuyo fin es darle al discurso social el interés de lo privado y otorgarle a la intermediación financiera la apariencia de la economía solidaria y participativa. Esta es la razón que esconde el desmedido afán de Consultoras, Escuelas de Negocio, Entidades financieras y Fundaciones en fomentar políticas de apoyo al emprendedor social
Ashoka y el BBVA.
Una entidad financiera de relevancia como el BBVA busca el apoyo de una fundación de prestigio como Ashoka de la que es además junto con consultoras como PWC o laboratorios como Boehringer Ingelheim socio para desarrollar numerosas líneas de colaboración en diferentes proyectos de apoyo al emprendimiento social. Al tiempo que trabajan juntos en la selección de nuevos aprendices de líderes, los dirigentes del BBVA preparan el camino presionando con mensajes de cambio a las organizaciones, con la intención de captarlas.