Según el Diccionario de la Real Academia Española, Regenerar en su primera acepción significa: dar nuevo ser a algo que degeneró, restablecerlo o mejorarlo. Resulta de una evidencia palmaria que el actual sistema democrático ha degenerado, ha perdido las características y virtudes esenciales que han de regir un modelo en el que la ciudadanía ha de tener un papel activo y decisivo, más allá del del ejercicio del derecho de introducir una papeleta en una urna electoral. El modelo ha perdido las características y virtudes esenciales que se le suponen a un sistema participativo en el que la ciudadanía ha de confiar en la honestidad de sus representantes a la hora del ejercicio de su alta y dignísima responsabilidad y en la transparencia de las acciones del gobierno. La segunda acepción del verbo regenerar viene a significar: hacer que alguien abandone una conducta o unos hábitos reprobables para llevar una vida moral y físicamente ordenada.
En estos últimos meses estamos viendo aparecer algunas asociaciones y fundaciones que se reclaman de la sociedad civil. Fundación Civio, Asociación Cultura y Calidad Democrática, Foro +Democracia o Por Una Nueva Ley de Partidos. Todas ellas hablan de regeneración democrática, transparencia política, empoderamiento ciudadano, sociedad civil, etc...Cada día tienen mas influencia y espacio en grandes medios comunicación, exitosos programas de televisión u otros medios más alternativos. Sin embargo, antes no estaría de más conocer quienes son las personas que componen estas asociaciones, dónde se han formado, para quién han trabajado y qué patronos apoyan esta iniciativas regeneradoras, que utilizando la palabra social y destacando la palabra transparencia, reclaman una regeneración del sistema. Resulta del todo evidente la necesidad de ese cambio. Basta con mirar a nuestro alrededor para percatarse de ello. Pero ¿quién ha de tripular ese cambio? ¿Debe de ser una vez más, un cambio de arriba abajo? ¿Han de ser las élites del poder fáctico, los ahijados de la oligarquía las que lo tutelen? o por el contrario ¿No debería ser la ciudadanía responsable, la sociedad civil libre e independiente la que debe estar al frente de ese cambio?.
Conviene hacerse la pregunta sin perder de vista que la tercera acepción que el Diccionario de la RAE da de la palabra regenerar: someter las materias desechadas a determinados tratamientos para su reutilización. Quizá sea esto lo que se pretenda, promover un cambio cosmético para apuntalar lo que está a medio hundir y reutilizar lo que se sea salvable con el fin principal de no cambiar nada. Con la intención artera de mantener privilegios y mantenerse en el poder. En este primer capítulo, de los cinco que componen la serie "Sociedad civil o Sociedad mercado", trataremos la génesis de una parte de estos movimientos.
En estos últimos meses estamos viendo aparecer algunas asociaciones y fundaciones que se reclaman de la sociedad civil. Fundación Civio, Asociación Cultura y Calidad Democrática, Foro +Democracia o Por Una Nueva Ley de Partidos. Todas ellas hablan de regeneración democrática, transparencia política, empoderamiento ciudadano, sociedad civil, etc...Cada día tienen mas influencia y espacio en grandes medios comunicación, exitosos programas de televisión u otros medios más alternativos. Sin embargo, antes no estaría de más conocer quienes son las personas que componen estas asociaciones, dónde se han formado, para quién han trabajado y qué patronos apoyan esta iniciativas regeneradoras, que utilizando la palabra social y destacando la palabra transparencia, reclaman una regeneración del sistema. Resulta del todo evidente la necesidad de ese cambio. Basta con mirar a nuestro alrededor para percatarse de ello. Pero ¿quién ha de tripular ese cambio? ¿Debe de ser una vez más, un cambio de arriba abajo? ¿Han de ser las élites del poder fáctico, los ahijados de la oligarquía las que lo tutelen? o por el contrario ¿No debería ser la ciudadanía responsable, la sociedad civil libre e independiente la que debe estar al frente de ese cambio?.
Conviene hacerse la pregunta sin perder de vista que la tercera acepción que el Diccionario de la RAE da de la palabra regenerar: someter las materias desechadas a determinados tratamientos para su reutilización. Quizá sea esto lo que se pretenda, promover un cambio cosmético para apuntalar lo que está a medio hundir y reutilizar lo que se sea salvable con el fin principal de no cambiar nada. Con la intención artera de mantener privilegios y mantenerse en el poder. En este primer capítulo, de los cinco que componen la serie "Sociedad civil o Sociedad mercado", trataremos la génesis de una parte de estos movimientos.