La estrategia de fundaciones y grandes empresas para penetrar en los movimientos sociales.
Quería empezar preguntando, por contextualizar, ¿Cómo llegaste a investigar todo esto, por donde cogiste el hilo y seguiste tirando de la madeja?
Esto en realidad tiene dos hilos. Uno es personal, propio y otro es ajeno y externo. El personal viene de una cosa tan sencilla como que veía gente con chalecos de ONG en la calle parando y entonces un día comencé a cuestionarme muchas cosas: ¿eran voluntarios? ¿trabajaban? ¿cómo trabajaban? ¿para quién? Y empecé a investigar el tema, el por qué trabajaba la Cruz Roja con unos chicos que recurrían constantemente al “¿tienes un minuto para mí?”. A raíz de investigar el tema y llegar a tener incluso una reunión con responsables de Cruz Roja descubrí que la captación de socios era un trabajo, un trabajo muy mal pagado, en el que se cobra en función de unos objetivos cuya gran mayoría va destinada a una empresa que se llama Wesser and Partner, una empresa de servicios que está haciendo negocio con la captación de fondos. Descubrí que un 70% de la cantidad que se donaba el primer año iba para la empresa externa y sólo el 30% para Cruz Roja… Vi que eso era una estafa, porque no se contaba. Y a partir de ahí me intereso mucho por el tema de las fundaciones, de las ONGs y sobre todo del negocio que pueden suponer los derechos sociales y la pobreza.
Luego aparte de eso, un amigo mío que se llama Isidro me habló de Paco Puche, que ha investigado en profundidad el tema de las fundaciones desde hace mucho, especialmente el tema de Avina y el amianto. Isidro, que también ha investigado mucho la cuestión de Ashoka, me enganchó el tema y lo que me movió fue la curiosidad. Ninguno de los que trabajamos en Filantropófagos somos periodistas realmente, somos gente curiosa que se pregunta si detrás de las buenas palabras siempre hay una buena causa, quién está detrás, por qué y qué pretende con estas acciones.
Filantropófagos nace después. Hay un momento en el que varias personas nos preguntamos cómo empezar a volcar toda esa información que teníamos; entonces decidimos abrir una web y empezar a escribir artículos, pequeñas investigaciones…
Pues entremos un poco en harina a ver qué revelan estas investigaciones. Cuando presentas la charla hablando de la penetración del gran capital en los movimientos sociales ¿A qué te refieres exactamente?
Es una estrategia, una nueva estrategia. Digamos que los grandes capitales, ya no sólo transnacionales, sino labanca o las consultoras no van de frente. Ellos sí que se dan cuenta de que estamos en un momento de cambio, un momento de cambio en el que mucha gente se cuestiona el capitalismo, incluso gente poco crítica que a lo mejor antes no se lo cuestionaba. Entonces se desmontan también los derechos sociales. Hay un ataque sistemático y ese desmontaje de los derechos sociales supone crear nuevos nichos de negocio. Esos nichos de negocio ya no son derecho. Y es así como surgen los siguientes planteamientos “no vamos a ir como BBVA o como PwC, necesitamos una herramienta que nos permita entrar ahí”. Esas herramientas son las fundaciones y dentro de ellas, los emprendedores sociales. Los emprendedores sociales son personas, digamos líderes, que vienen de abajo, que conocen a gente y que son captados por las fundaciones asumiendo la labor de acercar el gran capital al movimiento social para coger esos nichos de negocio y nichos de mercado. En estos momentos de transformación, surgen muchos procesos autogestionados queplantean cambios bien sea desde abajo o desde arriba. Pongo un ejemplo: los huertos urbanos. Los huertos urbanos se pueden crear de dos maneras: o bien ungrupo de ciudadanos que se juntan para recuperar un espacio y plantar en él o a lo mejor una fundación comoRepsol que a través de Hortícolas X monta un huerto urbano. Así se explica como buscando lo mismo, se puedellevar a cabo desde arriba o desde abajo. Y por supuesto es evidente que los intereses de los de abajo son unos y los de arriba son otros.
Has hablado de los emprendedores sociales. ¿Los emprendedores sociales son un tipo de emprendedor o una marca registrada de una empresa o una fundación?
Se utiliza indistintamente por muchas fundaciones, pero realmente quien introduce el concepto en España es la fundación Ashoka mediante el premio Principe de Asturias a la cooperación internacional concedido a Bill Drayton, fundador de la misma en EEUU, en 2011. Esa es la persona que acuña el término “emprendedor social” y ahí es cuando se presenta la estrategia.
¿Podrías poner otros ejemplos en este Estado o en ambientes socialmente parecidos de estas estrategias y sus efectos?
Hay innumerables ejemplos. Sólo tenemos que pensar en un sector, bien sea vivienda, comunicación, ecología, sanidad…Todos los emprendedores sociales, en este caso de Ashoka pero también de otras fundaciones, trabajan siempre en estos sectores. Pongamos como ejemplo a un emprendedor social de Ashoka, que tiene una empresa cooperativa que se llama “techo cívico”, sostre civic en catalán, y da un servicio de cooperativa de vivienda. Es un emprendedor social de Ashoka, está a sueldo de la fundación durante tres años y uno de los financiadores es el BBVA. Entonces se da esa situación tan extraña en la que una fundación que se financia con el BBVA, un banco que se caracteriza por desahuciar a la gente, luego apoya un proyecto de “Techo cívico” para dar nuevas oportunidades y soluciones en el tema de la vivienda.
En este caso, con el BBVA, ¿no estaríamos ante una forma de Obra social de la que los bancos normalmente hacen gala?
No, es otro tipo. Es otro tipo porque la obra social es como la parte que llaman humanitaria con lo que pueden hacer una exposición o lo que sea, pero lo publicitan mucho; aquí van camuflados. Cuando La Caixa hace la obra social hace la obra social La Caixa, sacan niños, oportunidades… aquí no. Aquí financian fundaciones, las fundaciones tienen emprendedores sociales y los emprendedores sociales son los que sobre el terreno captan, controlan la información y sobre todo también controlan los cambios.
El objetivo es hacer un negocio de los derechos. Es muy curioso el tema del lenguaje. No se habla de derechos, siempre se habla de necesidades. Necesidad de sanidad, necesidad de vivienda… con lo cual, al ser una necesidad podrás optar a ellas en función de tu renta, ya no es un derecho.
Hablemos de Ashoka: ¿desde cuándo existe? ¿qué hace? ¿a qué se dedica?
Ashoka es una fundación filantrópica de EEUU. Su fundador es Bill Drayton, un estadounidense quepreviamente formó parte de una consultora muy grande que es McKynsey. Ashoka está presente en más de 70 países. Fundamentalmente, establece alianzas estratégicas, todas con empresas de gran capital: grandes bancos, petroleras, consultoras, escuelas de negocio neoliberales…Un aliado básico para Ashoka es Avina, una fundación de Stephan Schmidheiny, un suizo que fue el magnate del amianto y que está procesado en Italia. Ha sido penado con un montón de años de cárcel y multas millonarias precisamente por la cantidad de muertos que ha provocado el amianto y sus industrias.
Ashoka tiene una serie de nominadores, gente que busca estrellas en el fútbol, que están en las bases. Para ser emprendedor social de Ashoka te nomina otra persona. Una vez que te nominan como emprendedor social porque ven que ya estás insertado en un campo de actividad social, tienes que pasar un rigurosísimo y alucinante proceso de selección. Es un proceso absolutamente exhaustivo. Por citar una anécdota: El procesotiene 5 etapas; en la primera, una de las preguntas que sale en la guía de nominadores es que la persona que te nomina tiene que compartir todo tipo de información sobre ti como tus ideales sociales y políticos incluso en etapas tan tempranas como la infancia. Lo que buscan con esto es asegurarse de que el emprendedor social al que captan cumple unos requisitos que ellos denominan como “pragmatismo”. El pragmatismo significa, tal cual figura en sus documentos “que no se posean vicios ideológicos”. Lo dicen así, cuando evidentemente su ideología es la neoliberal.
En el número anterior de la revista Exarchia entrevistamos a Julio Reyero que nos habló sobre la caridad tradicional y cómo vuelve con fuerza al terreno de la asistencia social, que es un tema que Filantropófagos tenéis bastante trabajado. ¿Qué relación hay entre la caridad más tradicional y estas nuevas estrategias?
La diferencia es que la caridad tradicional se concibe como el típico mercadillo que veíamos en Madrid en el Barrio Salamanca; gente rica que da cosas para la gente más pobre mientras que esta nueva caridad lo queplantea es un negocio, algo que permite sacar dinero de la pobreza. ¿Cómo? En esto siempre pongo el mismo ejemplo y es el ejemplo de una plataforma que hay para “ayudar”, con muchísimas comillas, a la gente para que no sea desahuciada: la Plataforma de Afectados por la Hipoteca(PAH). La PAH lo que hace es ocupar bancos, intenta cambiar la ley, hace presión, hace escraches, ayuda a las familias, se pone en la puerta, resiste…y por ejemplo hay otra plataforma que se llama Doafund, una pequeña plataforma de crowfunding en la que tú ves una fotografía de una familia y tú desde tu casa, en bata, coges el ordenador y puedes donar 2 euros, 5 euros. De lo que se trata sencillamente es no actuar sobre los derechos sino limpiar la conciencia y donar 2 euros desde casa a una familia a la que van a echar. Ese dinero que se dona es para que paguen la cuota del banco, no es para otra cosa y hay una empresa intermediaria que saca un dinero de eso. Ejemplos de esto hay muchísimos.Hablemos de Shopciable. Shopciable se presenta como “el primer centro comercial solidario online”. Tú compras unas zapatillas o unas gafas y eliges la ONG a la que quieres donar un porcentaje para que alguien se compre unas cabras en Ghana o una niña con una enfermedad rara tenga derecho a una asistencia. La reflexión que sale de eso es la siguiente: la asistencia sanitaria de una persona enferma depende de que tú consumas un producto. Es algo completamente perverso y que fomenta la conversión de derechos fundamentales en necesidades creando además una especie de competencia para ver quién da más pena y así ver quién puede sacar más dinero.
Entonces no sólo se trata de incluir en los movimientos sociales objetivos de mercado como ganar dinero, sino también de introducir ciertos valores e ideologías.
Absolutamente. Es como el ejemplo de las plataformas de firmas electrónicas, que todos utilizamos y yo he usado hasta que me borré. El ejemplo más claro es Change.org. Firmar en Change.org no sirve para nada y lo mismo hay una campaña para liberar a un chimpacé del zoo de Tenerife que una llamada para conseguir una tratamiento contra una enfermedad. Estas campañas lo que hacen es recopilar datos de la gente que firmamientras que esa firma no tiene ningún valor y lo que hace un poco es dar a entender que “yo ya he firmado, ya he sido un activista, un ciberactivista”. A parte de esto, Change.org es un negocio, no lo sabe mucha gente pero Change-España no existe, la matriz de Change está en EEUU en un paraíso fiscal que es Delaware. Y por ejemplo, Francisco Polo que es el director de Change-España, ha sido colaborador de Ashoka.
Al final y eso sí que es importante todo va llevando a los mismos sitios: a las fundaciones y a las escuelas neoliberales de negocios, como la ESADE o la IESE, vinculadas a órdenes religiosas, jesuitas y Opus Dei.
Nos estás dando mucha información y datos, ¿Es fácil acceder a ella?
Todo esto está accesible, lo que pasa es que hay que dedicarle mucho tiempo, muchas horas y pararse a cruzar conceptos, contrastar datos y unir unas cosas con otras. Al final coincide que todo lleva al mismo sitio e incita a pensar que todo es una estrategia pensada en un momento de cambio en el que la gente busca otras maneras de actuar y vivir pero el gran capital está atento para que esos cambios no sean tal o en su defecto se controlen y así poder seguir haciendo negocio.
De hecho es gracioso porque siempre nos hablan de cambiar el mundo. La frase de Ashoka es “Todos podemos cambiar el mundo”. Siempre es cambiar, cambiar y cambiar; no se dice para qué. La redistribución de la riqueza es una cosa que nunca aparece. Hay que cambiar ¿pero cambiar hacia dónde? ¿cambiar para qué?
Introduce ideología, en suma.
Introduce una ideología basada en eso, en que los derechos se convierten necesidades y entonces nos convertimos en clientes. Clientes de todo. Es una estrategia, y vuelvo a las escuelas neoliberales de negocios vinculadas a órdenes religiosas: IESE, ESADE… Actúan como un lobby, son un think thank en el que siempre hablan de desregular el mercado laboral, cargan mucho contra el estado por ineficiente…Estas mismas escuelas que se dedican a dinamitar los derechos sociales se dedican a financiar a los emprendedores sociales que cogen esos derechos. No pensemos sólo en educación o la sanidad, pensemos también en temas de discapacidad o de violencia machista. La asistencia a la violencia machista está siendo desmantelada desde el estado incluso desde el punto de vista ideológico a la hora de combatir el machismo con el tema de que no hay recursos, la crisis, etc., pero sigue habiendo víctimas del machismo. Entonces aparece una fundación, que es la fundación Ana Bella que habla de supervivientes y que por cierto no hace una sola crítica cuando asesinan a una mujer ni a la falta de recursos para luchar contra la violencia machista, no critican nada. ¿Por qué? Porque su nicho de negocio es con las mujeres que han sufrido violencia machista. Hace como una especie de agencia de recolocación, las hace “embajadoras Danone”. Siempre trabaja para transnacionales. Su manera de empoderar a la mujer es sencillamente darle un trabajo precario en Danone.
Pasando a nuestro campo ¿hasta qué punto no puede ser peligroso para los movimientos sociales sembrar la duda sobre algunas iniciativas que pueda desencadenar “cazas de brujas” contra gente sospechosa de colaborar con esta estrategia?
Los emprendedores sociales de Ashoka son 25, ahora en febrero han sido otros tres más y están en la web. Los emprendedores sociales de Ashoka son conocidos. Nosotros en nuestras charlas y artículos lo documentamos todo, es más, la mayoría está hecho con sus documentos no con los nuestros. El 80% son documentos propios de ellos. El problema no es que haya una caza de brujas, el problema es que hay gente dentro de los movimientos sociales a los que eso les parece bien, pero eso es un debate muy interesante que debe producirse entre las organizaciones y los movimientos sociales. No hay cazas de brujas ni acusaciones, a nadie se le está machacando o acusando. Sencillamente, tenemos que saber que hay una estrategia diseñada desde arriba y hay gente que puede estar de acuerdo o no.
Creemos que es sano que se sepa, la información no puede ser una “caza de brujas”. Además, el gran capital aprovecha la manipulación del lenguaje, las ganas de la gente de tener algo a lo que asomarse como “yo necesito una banca ética o agricultura ecológica o …”. Ellos saben que hay una necesidad y que esta crisis está produciendo un aumento de la pobreza que lleva consigo un nicho de negocio y millones de pobres son un negocio. Tenemos el ejemplo de los microcréditos, que ya se están empezando a introducir en Europa. También ha aumentado, curiosamente, el ciudadano crítico que dice “yo quiero consumir de otra manera, incluso consumir menos” Entonces esto para ellos es un negocio. “Yo lo quiero para mí, no me quiero transformar. Lo que quiero es dar posibilidades de negocio a todos los sectores, pero lo hago yo. Y nada de cuestionar el capitalismo ni las causas de la crisis ni la distribución de la riqueza ni nada de nada”.
¿Qué nivel de concienciación ante este tipo de estrategia hay en los movimientos sociales?
Pues hay muy poco, hay muy poco debate. Yo digo un poco de broma que desde Filantropófagos parecemos unos aguafiestas. Cuando parece que hay un sitio donde agarrarte introducimos un debate que es molesto. Criticar a la gran banca, que tiene paraísos fiscales, desahucia…es fácil, el enemigo está claro y se le tiene como tal. Pero cuando una parte del enemigo está dentro y hay que debatir eso y cómo se puede evitar pues es muy difícil y muy doloroso. Yo creo que el proceso incluso personal para quienes estamos en Filantropófagos es desoladorporque tenemos tendencia a lo que es social, desde abajo, autogestionado a verlo bueno, bonito, estupendo y no, todo lo contrario. Creemos que es un ejercicio de democracia y un ejercicio de información y luego los movimientos sociales ya decidirán con quién se alían, con quién trabajan. Lo que pasa es que hay cosas que no pueden ser, como el ejemplo de antes de que el BBVA promueva una iniciativa de “techo cívico”. Hay otro emprendedor social que es Raul Contreras que ha hecho la escuela popular de economía y hay un documento en el pone que la consultora PwC apuesta por él. No es por atacar a nadie en particular, pero hay que ver quién son nuestros aliados, qué buscan en nosotros, qué quieren y cómo nos defendemos.
Hay y habido debates muy grandes en CNT o Ecologistas en Acción por ejemplo y creemos que es muy sano y muy bueno.
A parte de los movimientos sociales que has citado, ¿hay más gente que esté trabajando este tema más allá de Filantropófagos o sois un islote en medio del mar?
No hay mucha gente trabajando en esto. Hay gente trabajando a título particular, sobre todo destacaré la figura de Paco Puche, que lleva muchos años trabajando sobre Ashoka y Avina, con muchas dificultades por ataques personales. También el Observatorio de Multiancionales de América Latina (OMAL) ha trabajado un poco el tema pero desgraciadamente no es algo que ni en los movimientos sociales ni en los partidos políticos se esté cuestionando. Todavía.
Turno libre para cerrar la entrevista.
Desde Filantropófagos seguiremos denunciando el fenómeno de la pobreza, seguiremos escribiendo y dando charlas a mucha o a poca gente. También invitamos a la gente a que no pierda la curiosidad y el espíritu crítico, y a que cuando vea una campaña de una fundación o un ONG empiece a buscar quién es el patronato, por ejemplo. Voy a dar una pincelada de cómo investigamos: vais a una web, veis el patronato y empezáis a buscar nombres cruzándolos con fundaciones o vais a otra web que se llama empresia.es y ahí, con el nombre o apellido de una persona sabes todas las empresas que tiene o que ha pisado. Es cruzar datos, que la gente pueda investigar y que el espíritu crítico siga e intentemos que no nos engañen y lo que decíamos, que el cambio sea para una sociedad mejor y no para que ganen dinero los de siempre.
Muchas gracias Daniel
A vosotrxs Exarchia.
Materiales:
-Filantropófagos
-[Vídeo] La penetración del Gran Capital en los movimientos sociales a través de fundaciones y emprendedores sociales.
-Multinacionales y movimientos sociales: resistir al lobby oculto. Paco Puche, Federico Aguilera Klink, Óscar Carpintero, José Manuel Naredo y Jorge Reichmann.